Con un clima ideal y una convocatoria multitudinaria, tuvo lugar la primera jornada del Decimocuarto Encuentro de parapente en Loma Bola, San Javier (Tucumán). Cientos de pilotos dedicaron el día a surcar los cielos deleitando a expectadores y a algunos osados que aprovecharon la presencia de los expertos de todo el país, para vivir su primera experiencia. La competencia culminará hoy.
El sábado amaneció con un clima perfecto. Pese al frío matinal, era imposible encontrar en el cielo de San Javier una nube, por diminuta que fuera. Lo que abundaba, en cambio, eran las elípticas siluetas de las velas que, partiendo de Loma Bola, inhundaron durante todo el día el firmamento tucumano.
Desde muy temprano, en cuanto el sol comenzó a hacer sentir la amplitud térmica que necesitaban para segurar la sustentación. Los más de trescientos pilotos que se dieron cita en la cima del cerro comenzaron a desplegar sus coloridas alas, dando forma al Decimocuarto Encuentro de Parapente, un clásico nacional de la especialidad.
Sergio Bujazha, organizador de la convocatoria, que incluyó una competencia de vuelo, se mostró muy conforme con el resultado alcanzado destacando que, al coincidir la gran respuesta lograda con la carrera de mountain bike que se disputó en el mismo escenario serrano, tuvieron que recurrir a la búsqueda de viviendas particuares para albergar a los participantes, que en muchos casos llegaron a Tucumán acompañados por sus familias. “El encuentro de Loma Bola ya es un clásico del parapente. Viene gente de todo el país. Ni siquiera necesitamos promocionarlo, porque es como que ya está en la agenda de los pilotos de toda la Argentina”, afirmó.
El responsable del evento destacó el apoyo brindado por el Ente Tucumán Turismo (ETT), cuyo titular Bernardo Racedo Aragón, puso especial énfasis en señalar al encuentro como uno de los sucesos más destacados del fin de semana largo en el Jardín de la República. “Somos dos los que organizamos la prueba, pero para nosotros, es una sociedad de tres, porque consideramos al Ente como un socio más, teniendo en cuenta la forma en que nos apoyan”, aseguró Bujazha.
La convocatoria a la que aludió en más de una oportunidad el organizador fue incluso más allá de los cultores de la actividad, ya que el encuentro atrajo también a algunos osados neófitos que, enterados de la reunión, se animaron a aventurarse por primera vez al vuelo libre, por lo que durante todo el día se pudo ver despegues biplaza que surcaron el diáfano cielo tucumano. La decisión de los debutantes estuvo bien respaldada por la cuidada organización, que proveyó los pilotos con una buena comunicación por radio y los asistió con equipos de rescate que se encargaban de acercar a aquellos que, llevados por los vientos, se alejaban demasiado de los puntos de aterrizaje en la zona pedemontana.
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